Por suerte aun existe la comunicación directa. Cuanto menos telefónica. Hablo con mamás afines. Una me cuenta “se me distendió el brazo porque la gorda está descontrolada y no la puedo atajar”. Otra me dice “No dormí un carajo y tengo un humor del ojete, le grité hasta al gato”. La más simpática “de los nervios me salió un sarpullido, imaginate donde…” Y no es que mal de muchos consuelo de tontos, pero el sinceramiento alivia. Que si van a ser todos perfectos, mejor se junten a tomar té desteinado en Truman Show y me dejen a mi tranquila con mi vida imperfecta y mis miles de errores.
Claro que no es siempre así, tremendo. Hay momentos buenos y otros complicadísimos. Tanto que sentimos que nadie en el mundo nos puede entender a menos que esté pasando o haya pasado por lo mismo. Está claro que una no anda buscando en el facebook un posteo reflexivo o un bajón. Pero el espejo de la vida ideal, a veces te liquida.
Me encanta saber que hay pibes que mejoran en dos días con la técnica del abra cadabra. Y no saben cómo desearía que me pasara lo mismo. Me torturo pensando que allá afuera en alguna parte existe un perro que probablemente pese tres toneladas y haya que pasearlo todas las mañanas ida y vuelta a Luján, pero seguro que ESE ES el que se vincularía divinamente con Tati y le enseñaría hasta a respetar los semáforos. Las fotos en la nota que acaban de subir me lo demuestra: hay un pibe que gracias a su mejor amigo de cuatro patas duerme como un angelito y se porta como un príncipe. Quiero ese perro. Y no lo quiero, porque si hoy me tengo que sumar la caminata a Lujan en ayunas me agarra un ataque.
Entiendo que no puedo ser la madre perfecta. Ni la que LOGRE o CONSIGA todo por ella. Soy limitada. Ella también. Pero con limitaciones y todo debo aprender a procesar. El autismo dificulta la capacidad de procesamiento, los estímulos con demasiados y todos juntos. Yo que no tengo autismo, para decodificar la información de las redes tengo que aplicar varios filtros. De verdad que deseo que a la gente le vaya bien. Necesito que la ciencia, la medicina, quien sea, encuentre terapias y tratamientos exitosos. Por ahora, lo nuestro es de a pasitos, no de a saltos. Así que para encontrar la belleza en lo que hay, con sus limitaciones, también necesito apagar la pantalla y focalizar en mi casa. Tati no responde al abracadabra, pero hace su magia. No tiene logros muy medibles, pero los tiene. No saldrá en las noticias, pero tiene tela y trama para miles de notas. Tendremos que ir desenmarañándolas juntas. Y separadas. Claro que ella tiene mucho que aprender, pero yo ni les cuento. Por empezar, y en su lógica mucha más piola que la mía en varios aspectos, a ella un aplauso la pone contenta, un like… ¿qué carajo es?
Excelente
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